Rabiosa actualidad

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Sydney, Australia 21 diciembre 2011

viernes, 24 de enero de 2014

The Water Diviner, después del reportaje

Esa joyita de pueblo que es el Adelaidenow nos está dejando alguna perla, incluida la de sumarse a la idea general de los medios de que Russell en algún, o en muchos, momentos de su vida ha sido un gilipollas y claro, cómo se necesita un titular llamativo, pues ale, súmate a la corriente .....

La reportera se dedica a narrar sus peripecias, y las de su fotógrafo,  para conseguir unos minutillos de entrevista con Russell.
Asi cuenta que le pillaron cenando, que esperaron a que terminara y que le abordaron. El declinó diciendo que era tarde, que el día había sido duro, que se marchaba temprano por la mañana y que no estaba interesado en hacer entrevistas. Saludó y se marchó ....
Al día siguiente, la reportera y el fotógrafo pillaron uno de los trailers de rodaje y decidieron seguirle, unos 100 Kms ....Y allí estaba Russell, departiendo con los curritos de la peli. El fotógrafo intento un par de fotos desde lejos hasta que vino alguien de producción a prohibírselo. Sin embargo, Russell, le hizo una señal con la mano "es Mark? Dejale!"
La reportera se asombra de que recordara sus nombres (por qué será que yo no ....)
Russell les hizo un pequeño tour por los escenarios de rodaje e incluso le dijo al fotógrafo donde podía colocarse para hacer las fotos .....
Mi amiga, la reportera, mordió el polvo, claro .....

He smiled broadly, spoke passionately about the film and his time SA in his deep, unmistakable voice.
Crowe was as handsome close-up as he is on the big screen and the old-fashioned costume and neatly-trimmed beard suited him to a tee.
Although not as tall as I had thought, he was charismatic with a strong presence- one which made me both excited and nervous- and generous with his time.
Our conversation was short- it lasted about five minutes- but one I won't forget in a hurry.
There was no sign of the prickly character often reported in the tabloids and gossip magazines.
Él sonrió, habló apasionadamente sobre la película y su estancia en Australia del Sur con su voz grave, inconfundible.
Crowe era tan guapo de cerca como  es en la gran pantalla y el anticuado traje y la barba bien recortada le sentaba a la perfección.

Aunque no es tan alto como yo había pensado, era carismático, con una fuerte presencia, que hizo que me sintiera tanto emocionada como nerviosa, y generoso con su tiempo.

Nuestra conversación fue corta, duró cerca de cinco minutos, pero  que no olvidaré facilmente.

No había ni rastro del carácter quisquilloso frecuentemente reseñado  en los tabloides y revistas del corazón.